Liniers venció en condición de visitante a Atlas por 3 a 2 y se aseguró una plaza en la Primera C. En cambio, el Marrón en apenas un año desperdició su tercera oportunidad para subir.
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| La AFA colgó en su twitter esta imagen dándole la bienvenida al Celeste |
General Rodríguez se vistió de fiesta pero los anfitriones no pudieron festejar. La lluvia del viernes obligó a que la finalísima de la Primera D se jugara ayer por la tarde. El equipo del Continente, tras lograr un empate en Villegas, tenía todo servido para sellar el ansiado ascenso de categoría. Por eso mismo una buena cantidad de espectadores dio su presente en el Ricardo Puga que hasta contó con la transmisión de la señal que pasa el reality del club. Por el lado de Liniers, se notó una tranquilidad sabiendo que ellos mismos también estaban a noventa minutos de conseguir el objetivo ya que el resultado de la serie estaba más que abierto. El DT Juan Saitta no retocó piezas en la semana, teniendo en cuenta el inicial que preparó para el viernes.
El marco era imponente y los conjuntos salían a la cancha en busca de la gloria. Si bien por la localía los de Retamar contaban con cierto favoritismo, lo demostrado en el torneo y en el partido de ida marcaba una igualdad por lo que el segundo lugar en la cuarta categoría del fútbol argentino estaba para cualquiera de los dos. Los marrones y celestes culminaron el certamen con 58 puntos (17 encuentros ganados, 7 empatados y 6 perdidos por bando). La única disimilitud fue en la cantidad de goles, Atlas consiguió una diferencia de 24 tantos y Liniers apenas la mitad, 12.
En los primeros minutos de juego se mostró fricción en cada disputa por la pelota hasta que en una de esas jugadas, el árbitro Yael Falcón Pérez pitó penal para la visita. De esta manera, a la media hora de partido Sebastián Allende puso el 1 a 0 en el marcador. Alentado por su gente, el Marrón fue en busca del empate y lo consiguió también desde los doce pasos, ocho minutos más tarde. El goleador del equipo, Maxi Torres, estampó el 1 a 1 con el que se fue la primera mitad.
En el complemento Saitta puso en cancha a Braian Cáceres y éste supo aprovechar la confianza del entrenador. En la primera que tocó metió una asistencia perfecta para que Coronel ponga al elenco de Villegas nuevamente en ventaja. Diez minutos más tarde, su pegada tras un tiro libre silenció todo el estadio y acercaba aún más a Liniers al ascenso. Con alma y vida, con las arremetidas de Salvi y la experiencia de Severino, Atlas fue en busca de la heroica. Y esos intentos encendieron la llama de la esperanza con el descuento de Gauna a los 82 minutos.
Ya no importaba la táctica y el juego, el último tramo del cotejo fue una lucha por forzar los penales de un lado y por aferrarse al resultado del otro. Los nervios, las presiones y la ansiedad le jugaban una mala pasada al local que fallaba en la definición. En la última pelota, esa que sentenciaba la suerte de ambos, se desató la gran polémica. Patricio Malizia cae en el área y el juez deja seguir, provocando la reacción de todos los jugadores del Marrón y la expulsión de Alcaráz. Así se cerró el partido, 3 a 2 a favor de Liniers que vuelve a la C tras no participar desde el torneo 2013/2014. Será su temporada N° 52 en esa categoría, la máxima de la institución.
La tercera no fue la vencida para Atlas y su público se marchó con una nueva decepción. Es que en apenas un año se perdieron grandes chances de ascender, sea de manera directa o no. El 17 de noviembre de 2014 si le ganaba de visitante a San Martín de Burzaco lograba la plaza que otorgaba el torneo de transición. Sin embargo, un mediocre empate le dio la alegría al equipo del sur del conurbano y Atlas debió lucharla en el reducido. En semifinales se vio las caras con su clásico rival, LN Alem. Un global de 0-4 terminó con la ilusión de ver por primera vez al Marrón subiendo de categoría.
Fin al campeonato de la Primera D que tuvo de todo. Sportivo Barracas fue el merecido campeón, Centro Español que causó diversos inconvenientes en AFA fue el desafiliado y ayer La Topadora del Oeste olvidó la lluvia gris del viernes, destiñó al marrón y pintó de celeste el cierre de la última categoría que poco a poco va tomando un nuevo color.
Por Mauro Fernández
