Lamadrid, a pesar de conseguir la victoria, descendió a la Primera D dado que los resultados ajenos no les fueron favorables. Crónica de un final anunciado que tendrá al conjunto de Devoto en la última categoría tras dos décadas.
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| El dolor de los jugadores de Lamadrid por el descenso |
El Carcelero llegó al partido frente a Central Córdoba al borde del knock out. Sólo un milagro debía producirse para poder mantener la categoría. La temporada había arrancado de la mejor manera para el conjunto que por entonces dirigía Roberto Romano, sacando seis puntos en dos partidos ante Excursionistas y Cambaceres. Pero luego vino la debacle que se mantuvo desde fines de febrero hasta principios de julio, mucho tiempo para un equipo que necesitaba sumar si no quería asumir riesgos a futuro. En ese lapso jugó 18 partidos y tan sólo ganó uno en su visita a Laferrere. Para colmo en el medio cambió el cuerpo técnico, llegó Mario Rizzi para tratar de cambiar el panorama, pero para ese entonces las presiones llegaron al extremo.
La segunda vuelta de la competencia lo tenía mano a mano con Juventud Unida y J.J Urquiza por la pelea en los promedios. Nuevamente la esperanza renacía en los hinchas ya que en los tres primeros partidos obtuvo siete puntos, pero la irregularidad de a poco lo tuvo a mal traer. Cosechó cuatro derrotas al hilo mientras que el elenco de Loma Hermosa sumaba y acortaba la brecha. En diez días jugaba dos partidos cruciales que marcaría un destino: la salvación o el hundimiento.
El 10 de octubre recibió a J.J con apenas seis unidades de diferencia. La semana previa los jugadores fueron agredidos en el entrenamiento y se llegó al encuentro con un clima más que tenso, así lo hizo notar el operativo policial. Fue derrota por 3 a 1 que puso en jaque toda la campaña y fin al ciclo de Rizzi. Con los ánimos por el piso debió afrontar una semana y media después el choque frente a Juventud Unida. El Lobo Rojo le propinó una goleada por 3 a 0 a los dirigidos por la dupla Visiconde-Santillán. Un punto conseguido ante Sacachispas le dio un manotazo de ahogado ya que el Celeste perdía en su visita a Defensores Unidos.
Pero a los pocos días el barco se hundió otra vez. Casualmente una lluvia torrencial provocó la suspensión del encuentro ante Midland que terminó, en su reanudación, 2 a 0 para los Funebreros. Encima los otros dos que estaban en la zona roja salieron triunfando en sus respectivos partidos. La última fecha del torneo tenía a Lamadrid en descenso directo por lo que dependía de otros números para zafar. Encima el presidente, Alejandro Martínez, echó a la dupla y él mismo se encargó de dar las órdenes al plantel. Ayer recibió en el Enrique Sexto a Central Córdoba que vive otro presente, afirmado para el reducido. Lama comenzó ganando con gol de su arquero Valiñas de penal pero las noticias desde la cancha de Cañuelas indicaban que J.J Urquiza también estaba consiguiendo los tres puntos, poco servía pero había que estar intacto a la ilusión. En el final del partido los rosarinos consiguieron el empate por medio de Zaen. Ahora sí el llanto del público local y esa agonía lenta que sufrieron con el correr del tiempo establecían la sentencia. Poco importó el gol de Sarandeses para sellar el 2-1, los de Loma Hermosa festejaban y los Carceleros quedaron condenados junto a Juventud Unida.
De esta manera la institución de Villa Devoto regresa a la última categoría del fútbol argentino tras no jugarla desde la temporada 1994/95. Deberá organizarse a nivel dirigencial y formar un plantel acorde a las circunstancias para estar en la C nuevamente.
