En el primer partido con Monzón como técnico, Flandria
alimentó un poco la esperanza de sus hinchas al vencer categóricamente a Merlo
por 3-0, en un partido en el que debió haberlo liquidado antes y mereció
convertir más goles. Los goles fueron de Sanfilippo, Castagno (un gol para
enmarcar) y Lo Bianco.
Que Flandria está muy complicado ya es cosa sabida. Que
depende de un milagro para quedarse en la B, también. Pero, dentro de lo que
está al alcance propio, el Canario hizo lo que tenía que hacer. Y de qué manera…
Desde el primer segundo de partido se notó el compromiso de los 11 hombres
locales, que se aproximaban al área rival y metían en cada sector de la cancha.
Por suerte, para que los minutos no empiecen a jugar en contra, la apertura del
marcador llegó rápido: Flandria la movió de izquierda a derecha, donde Abregú
levanto un centro cruzado y Sanfilippo, de cabeza y por el segundo palo, agarró
a contrapierna a Llinás para decretar el primer grito de la tarde a los 5
minutos. A partir de ahí, una historia repetida: Flandria acumuló no menos de
siete llegadas clarísimas que desaprovechó a lo largo de todo el primer tiempo.
Y, lógicamente, la desesperación crecía, porque parecía una película a la que
ya le conocemos el final: “Merlo en la primera que tenga, lo va a empatar”, era
el pensamiento que rondaba por la cabeza de muchos. Pero el libreto de esa
película tendría otro desenlace. Primero, el Charro se iba a quedar con 10
hombres, por la expulsión por último recurso de Floris, cuando Rivero se iba
mano a mano contra Llinás. Y después, si, Merlo iba a tener sus chances, pero
dos respuestas fenomenales de Griffo, el 1 Canario, iban a hacer que el final
del primer tiempo lo encuentre ganador a Flandria por 1 a 0. En el segundo
tiempo, Flandria salió dispuesto a liquidarlo. Sanfilippo lo tuvo con un remate
apenas desviado y Bielkiewicz, que no estuvo en su tarde, iba a desperdiciar un
nuevo mano a mano. Pero era sólo cuestión de que la agarre el que más sabe. Él,
Diego Castagno, tomó un despeje con los puños de Llinás cerca de la medialuna,
enganchó para dejar sin respuesta a su marcador y, con la zurda, su pierna
menos hábil, decidió picarla desde ahí, desde atrás de la medialuna. Llinás
voló y solamente pudo hacer más espectacular el gol, porque la pelota entró
pegadita al palo. Delirio en el Carlos V y partido definido. Con el 2-0 Merlo
se sintió aún más golpeado y desconcertado y Flandria se floreó. Con Llilo,
Castagno y Abregú como principales figuras, el Canario desperdició más de tres
mano a mano - ¡con lo que cuesta en el fútbol argentino generar situaciones
así! -. Y hasta Lo Bianco, que había entrado hacía unos minutos, erró un gol
increíble, dentro del área chica y con el arco libre. Tocado en su orgullo, el
ex-Sarmiento buscó su revancha y la encontró: gran taco de Rivero, Lo Bianco
encaró a su marcador, lo dejó en el camino y definió de zurda para el 3-0
final. Un 3-0 que pudo haber sido mayor, cuando Lillo remató de larga distancia
y reventó el travesaño o cuando el mismo Lo Bianco, ante un arquero rival que
salió fuera del área, la tiro por un costado, la fue a buscar por el otro, pero
su definición desde afuera del área pegó en la parte externa de la red.
Innumerables las situaciones que generó Flandria en un partido que se
presentaba, en los papeles, más que complicado. Como todos los que le quedan de
acá en más al Canario. Como el camino que tiene que pasar para zafar del
descenso. Pero, con actuaciones como las de hoy… ¿Cómo no creer en la
salvación?
Maxi Mazzuchini (@Shima_Carp)
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