Flandria no se dio por vencido, aún perdiendo y con dos hombres menos, y logró un empate milagroso ante Tristán Suárez para seguir con esperanzas de permanecer en la B. Castagno, Bielkiewicz y Riveros, los autores de los goles Canarios.
Tranquila pintaba la tarde para Flandria, que a los 22 del primer tiempo ganaba con gol de Damián Castagno tras un remate desde la medialuna que no pudo contener Ramírez, y justificaba el triunfo jugando mejor que Tristán Suárez. Pero en un minuto, todo se iba a complicar: a los 38, comenzaba a influir Américo Monsalvo, el árbitro del encuentro, cobrando un córner para el local cuando, claramente, era saque de arco para Flandria. De ese tiro de esquina y tras una serie de rebotes, Molina metió un zurdazo para decretar el empate. Apenas un minuto después, Sardi ve la roja en Flandria, al ser amonestado correctamente por segunda vez en el partido. Todo cuesta arriba y así, al descanso.
En los primeros minutos del complemento, no se evidenciaba en ningún momento la falta de un hombre en el Canario. Tanto es así, que Bielkiewicz, una de las figuras de la tarde, tomó un rebote en la medialuna y de zurda, otra vez con colaboración de Ramírez, puso el 2-1 para Flandria. Aunque poco iba a durar la alegría ya que el Lechero llegaría al empate por intermedio de Melián, luego de dos cabezazos en el área. Cinco minutos pasaron, hasta que Monsalvo se transformó en protagonista: Hernán Lópes alcanzó a pellizcarle desde atrás la pelota a Viotti, cuando se internaba en el área de Flandria, y Griffo tomó la pelota con las manos. El juez interpretó erróneamente que lo de Lópes fue un pase al arquero y cobró indirecto dentro del área. No conforme, segundos después, lo amonesta por segunda vez y expulsa a Lópes por no respetar la distancia en la barrera. El panorama para Flandria era devastador. Para colmo, Sequeira no desprovechó el indirecto dentro del área y lo fusiló a Griffo para poner el 3-2 para el local. Y ahí sí, a quemar las naves. Fernando Ruiz metió mano y plantó a Flandria con un 3-2-3. Casi sin mitad de cancha y con un equipo partido, el Canario se apoyó en la buena labor de Sanfilippo, Castagno, Bielkiewicz y el ingresado Ibáñez para generar peligro. Y chances tuvo. Un bombazo de Sanfilippo que Ramírez sacó del ángulo, un remate de mediavuelta desde afuera del área de Bielkiewicz que se estrelló en el travesaño, otra del delantero Canario que se fue a centímetros del palo tras una asistencia perfecta de Lillo que lo dejó mano a mano y un cabezazo de Riveros con el arco libre que se fue desviado porque Ramírez le desacomodó la pelota al manotearla. Parecía no ser la tarde de Flandria. Muchas situaciones desperdiciadas para un equipo que jugaba con 9 hombres y que, claro, también sufría algunos embates de contra de Tristán Suárez. Pero Griffo y la encomiable tarea en la última línea de Valdéz, Riveros y Lillo - que había quedado como stopper - lo mantenían con vida a Flandria. Y si, de vez en cuando la justicia en el fútbol existe. Esos 9 jugadores que quedaron en cancha y se llevaban por delante a los 11 del local, tuvieron su recompensa en tiempo de descuento. Hasta el arquero Griffo estaba en el área rival cuando Castagno abrió hacia la derecha para un centro venenoso de Bielkiewicz que lo encontró al paraguayo Williams Rivero, quien de cabeza rompió el arco de Ramírez y la garganta de todo Jáuregui. También de Griffo, quien se excedió, le gritó el gol al cuestionado Monsalvo, que lo terminó expulsando y, segundos después, también echó a Lo Bianco, que ya había sido reemplazado e ingresó para discutirle al árbitro. El delantero Ibañez se calzó el buzo y los guantes de Griffo, Flandria aguantó el 3-3 con 8 jugadores los restantes minutos y hasta casi lo gana, por un pelotazo en el que el incansable Bielkiewicz se iba mano a mano pero Ramírez salió rápido para alejar el peligro. Concluido el partido, insultos, silbidos, reprobación de la gente local para sus jugadores pero, gesto para destacar, aplausos del público del Lechero para los jugadores de Flandria, que en su emotiva lucha conmovieron hasta al público rival. Puntazo conseguir por los dirigidos por Fernando Ruiz, que tal vez tenga un mayor impacto en lo anímico que en cualquier otro aspecto. Porque antes del comienzo del encuentro, se pensaba que de poco servía un empate en la situación que se encuentra Flandria. Pero en el contexto del partido, el punto fue como un triunfo, porque cuando estaban enterradas todas las esperanzas, en el fin de semana de Pascuas, el que resucitó fue el Canario.
Maxi Mazzuchini (@Shima_Carp)
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