De taco a la punta


Foto: FM NUEVA

En un Carlos V a puertas cerradas, Flandria resolvió el partido en el segundo tiempo y derrotó 2-0 a Argentino de Quilmes para seguir con puntaje ideal en la Zona B. Montenegro y Juárez, los autores de los goles. En la visita se fueron expulsados Horvat y Alessandrini.
Las pocas personas que pudieron ingresar al Carlos V - Flandria debía cumplir con una fecha a puertas cerradas, por la sanción impuesta tras vender entradas a los visitantes, en la última fecha del torneo pasado - se habrán visto sorprendidas en el primer cuarto de hora. Es que Argentino de Quilmes llegó con una mentirosa línea de 5 en el fondo, ya que Rojas se desprendía permanentemente sobre la izquierda. Y la suposición previa de que el Mate iba a refugiarse, quedó atrás cuando en los primeros minutos Griffo fue exigido con un zurdazo de Coria y, minutos más tarde, Rojas remató por encima del travesaño. La pelota y las llegadas eran del visitante, pero poco a poco Flandria fue torciendo la historia. Y así, lo tuvo Molina en un anticipo en el primer palo que recorrió todo el área chica. Luego, el Lobo no llegó a cabecear un centro del mismo Molina. De todas formas, pese a que el Canario había emparejado, el partido se volvió ordinario y los de Pedro Monzón se fueron al descanso con el marcador en blanco y sin dejar una buena imagen. Para colmo, en el comienzo del segundo tiempo, Griffo sacó a puro reflejo un bombazo de Juárez y, segundos después, se quedó en dos tiempos con un cabezazo esquinado de Correa a la salida del tiro de esquina. Flandria necesitaba despertarse. Y lo hizo con un remate de Molina que se desvió en el camino y se fue centímetros por encima del horizontal cuando Leguizamón ya estaba vencido. A la salida de ese córner, fue Mussón el que no llegó a anticipar por poco al 1 visitante. Se esbozaba una reacción en el Canario, que lo iba a volver a tener de contra, tras una jugada individual de Molina, que llegó sin aire a definir y la pelota se le fue ancha, mientras Sandoval no podía empujarla sobre el segundo palo. Decididamente Flandria empezaba a lastimarlo al Mate, pero por el momento no podía abrir el marcador. Todo era cuestión de que le quede una a él, al goleador, al Lobo Montenegro. Y así fue que tras un envío frontal al área de Porcel, Montenegro aguantó de espaldas al arco a su marcador y a la salida dubitativa de Leguizamón, giró y remató arriba, para que la pelota pegue en el travesaño y pique adentro. Flandria abría el marcador y, ahora sí, los espacios en el fondo de Argentino se iban a hacer más evidentes. Pero el Mate seguía inquietando al Canario cada vez que atacaba y Alessandrini tuvo una chance inmejorable para empatar, al borde del área chica, pero demoró en rematar y lo cruzó Riveros. Tuvo el empate y, no pasaron ni 10 segundos, para que el Perrito González, que había ingresado en el segundo tiempo, tome la pelota en mitad de cancha y reciba una dura entrada de Horvat, que le significó la roja directa. Argentino de Quilmes pasaba de tener el empate a quedarse con uno menos. Y ahí sí, con un hombre de más, Flandria tuvo dos chances claras para ampliar el marcador: El Perrito desbordó y Costa tiró un taco que se fue a centímetros del palo. Montenegro la picó sobre Leguizamón y se fue ancha. Y si las cosas parecían simplificarse para el Canario, minutos después, Alessandrini, que ya estaba amonestado, fingió una falta dentro del área y también vio la roja. Ahí sí, Flandria solamente buscó marcar el segundo para definir el partido. Y estuvo a nada de lograrlo. O tal vez lo haya logrado y el línea no lo convalidó. Porque el Perrito González metió un bombazo que dio en el travesaño y pareció picar adentro, pero Rey Hilfer, a instancias de su asistente, no marcó el gol. Luego se lo perdió Montenegro al no cabecear de lleno y Júarez, que entró sobre el segundo palo, también pifió al tirarse de palomita. Pero de tanto buscar, el gol de la tranquilidad iba a llegar, aunque recién en tiempo de descuento. Costa, la figura de Flandria por lo hecho en la segunda parte, desbordó, dejó en el camino a dos hombres y metío el centro por bajo para que Juárez defina de taco. Ahí sí. Partido sentenciado y, con la tranquilidad de saber que se sigue en lo más alto, la cabeza de Monzón y sus dirigidos se enfocó a pensar en Juventud Unida.

Maxi Mazzuchini (@Shima_Carp)
Proyecto Primera
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